19 de mayo de 2011

El Palacio de Versalles (II): Los jardines

P1260098Este texto no es sino una alabanza a la belleza única e inapelable de los Jardines del Palacio de Versalles. De hecho, creo que en muchos casos se oye más hablar de los propios jardines que de las suntuosas salas palaciegas de Luis XIV. Y no sin razón.

P1260152 Es cierto que lo visitamos en un precioso día de primavera, lo que condiciona nuestro parecer. Conozco opiniones contrarias, en particular, de visitantes a los que se afeó el día cuando accedieron a Versalles. Y la verdad es que lo siento.

Al fin y al fin y al cabo estos jardines suelen utilizarse como ejemplo en muchos cursos de jardinería y paisajismo; más aún cuando en diciembre de 1999 los jardines fueron devastados por vientos que hacía años que no se conocían por Francia. Después del desastre, que supuso la desaparición de numerosos ejemplares históricos, los jardineros de Versalles tuvieron que retrotraerse a los planos de André Le Nôtre, quien estuvo a cargo en 1661 de la planificación de los jardines.

DSCN2338 ¿Y qué es lo que logró Le Nôtre? Pues el modelo por excelencia de lo que se denomina “Jardín francés”, un jardín regular poblado de parterres, bosquetes, estatuas y fuentes en un ambiente absolutamente ordenado pero no por ello aburrido, con alguna atracción casi en cada esquina compitiendo por la atención de los visitantes junto con las flores, los arbustos, los setos y el arbolado. Pero es que más allá del jardín regular se encuentra el Gran Parque y el Gran Canal. Todo es amplio y grandioso dejando espacio para lo modesto, siempre de acuerdo con un gran plan paisajístico.

DSCN2332Ya desde los ventanales del Palacio se pueden observar grandes masas de agua que Le Nôtre dispuso en los jardines para solaz de la vista de los habitantes de Palacio. Desde la mismísima Galería de los Espejos se puede ver el gran “parterre” de agua y, a lo lejos, las azules aguas del Gran Canal y los verdes de bosquetes y jardines. Los dos grandes estanques del Parterre de Agua están hechos para engrandecer la portada oeste del Palacio de Versalles, de marcado estilo italiano, en cuya superficie se refleja.

P1260154 Los ríos de Francia están representados en las estatuas de bronce que yacen a los pies de estos parterres, una de las fotos más repetidas de Versalles. Arriba el Marne, al lado el viejo Sena. En total, se contaban en los jardines en el momento de su creación un total de 372 estatuas y 55 fuentes (muchas de ellas diseñadas por Charles Le Brun, el Primer Pintor del Rey Luis XIV, quien por cierto aprobaba personalmente todos los proyectos).

Y es desde aquí desde donde se puede ver la llamada “Gran perspectiva”, que atraviesa bosquetes, parterres y canales dando una impresión puramente geométrica pero a la vez muy viva y real. En el medio, se sitúa, por delante de la llamada Fuente de Latona, el Gran Canal y la Alfombra verde. Los cientos de visitantes, como nosotros, comienzan a repartirse por los muchos kilómetros cuadrados que ocupan los jardines.

P1250978 La Fuente de Latona es una de las más espectaculares de los Jardines de Versalles. Relata una historia de las Metamorfosis de Ovidio (que, por cierto, es fuente de inspiración para otras fuentes de Versalles). En este caso, la madre de Apolo y Diana, Latona es ridiculizada por los campesinos de Licia. Furiosa, pide venganza a Júpiter, rey de los Dioses, y éste los transforma en ranas y lagartos.

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Nos encontramos aquí por primera vez con una mención al Dios Apolo, al Dios del Sol. Luis XIV, el autoproclamado rey Sol, se identificaba con el dios griego. Las excursiones del rey al château de Versalles se equiparaban entonces al viaje nocturno de Apolo al fondo del mar para descansar y renovarse. Los jardines entonces se transformaban en metáforas de cómo el rey Apolo era capaz de doblegar a la naturaleza, convirtiendo pantanos y bosques en bellos y geométricos jardines.

P1260113 La Fuente de Latona mira ahora hacia el Gran Canal (tras una modificación de su diseño original, sobre una roca y mirando hacia el Palacio) frente a frente, a lo lejos, con la fuente más famosa de los jardines, la de su hijo, la Fuente de Apolo. Se trata de la fuente más espectacular del conjunto y representa a Apolo en su carro saliendo de las aguas. Fue fundido en la manufactura real de los Gobelinos entre 1668 y 1670 y dorado para su instalación en Versalles.

P1260097Apolo surge del mar: es el momento del alba de un reinado prometedor. El diseño es de Le Brun, que rodea al Dios con los cuatro caballos del carro, con cuatro tritones y cuatro monstruos marinos. La realización final del conjunto le corresponde a un artista romano, Jean Baptiste Tubi.

P1250996 La verdad es que estamos teniendo un día maravilloso y aprovechamos para internarnos entre los bosquetes y parterres a los lados de la llamada alfombra o tapiz verde, que une las fuentes de Apolo y Latona. Los jardines están surcados por avenidas rectilíneas geométricamente establecidas. Estas avenidas están diferenciadas por alineaciones de álamos blancos, carpes, chopos, arces, tilos y otros árboles de un verdor intenso cortados, según interese, como meros setos o como alamedas que dan sombra.

P1260101Y en muchos casos, un aviso solicita cuidado: Diseñados como verdaderos salones al aire libre, los bosquecillos del Jardín abrigan joyas del arte de la decoración de los siglos XVII y XVIII. Le agradecemos cuidar de estos lugares delicados y no tocar los grupos escultóricos, las fuentes y las plantas.

El caso es que recorrer estos jardines es un placer, pues siempre se encuentra algo interesante en el camino. Y hay muchísimo que ver escondido entre las arboledas. De hecho, el Plano del Dominio de Versalles que te dan con la entrada se convierte en el mejor de los aliados, mostrándote donde está cada fuente, cada salón, cada parterre, cada baño e incluso cada kiosko para poder hacer una parada para comer. P1250989Y entre los salones se suelen encontrar pequeñas fuentes doradas: las fuentes de las estaciones, recordando que el Dios Sol no sólo reina en el día sino que rige el cambio de las estaciones.

P1250986 Por eso encontramos la Fuente de Baco (o el Otoño), Saturno (o el Invierno), Flora (o la Primavera) y Ceres (o el Verano). Pero si estas fuentes son llamativas, que lo son, te quedas asombrado por algunas otras que encuentras en el camino.

Cada uno de los bosquetes o salones encierra una sorpresa en forma de fuente o de espectáculo acuático. Los Jardines de Versalles mezclan el verde y el azul con los dorados de las fuentes de una forma magistral. Tenemos además la inmensa suerte de ver muchas de ellas en funcionamiento, por un tiempo muy limitado, un par de horas escasas en las que conviene recorrer los jardines para encontrar auténticos espectáculos como el del Bosquete de Encelade (aquí, abajo, en la foto). Encélade, el Jefe de los Gigantes, se levanta contra Júpiter. Escala montaña tras montaña para enfrentarse al rey de los Dioses, pero éste le fulmina y le hace desaparecer, aplastado entre la rocas..

P1260105El gigante grita por última vez antes de verse sepultado por las rocas y ese grito se transforma, gracias a la genialidad de Le Brun y el escultor Gaspard Barsy, en un potente chorro de agua que ha sido recientemente restaurado junto con el resto de elementos del conjunto de este bosquete, como el enrejado con plantas trepadoras.

P1260120 P1260100 El bosquete de Encélade es quizá el que más encanto y atractivo tiene, pero hay otros muchos. Algunos modestos, como la Fuente del Delfín o la del Obelisco (foto de la izquierda), otros misteriosos, como el Bosquete de la Reina (a la derecha)… todos se realizaron para divertir, para entretener, para pasear. No olvidemos que la mayor parte de la nobleza y de la corte del rey Luis XIV estaban obligados a vivir en el Dominio de Versalles por lo que los Jardines se convertían en el centro de la vida cortesana (sobre todo por las tardes en las que el rey decidía quedarse “en casa”).

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Entre los Salones con más fama se encuentran El bosquete de los Baños de Apolo (izquierda), posterior a la época de Luis XIV con un grupo de ninfas asistiendo a Apolo en el interior de la llamada Cueva de Thetis o la Sala de Baile (derecha), que ha conservado el aspecto de la época del rey Sol. A éste le gustaban tanto sus jardines que llegó a escribir su propia guía de los mismos: “Manera de mostrar los jardines de Versalles”, incluyendo pinturas de las fuentes más famosas.

La Sala de Baile es una obra de Le Nôtre muy llamativa, con agua cayendo por bancadas entre vegetales,conchas, animales… aquí tenían lugar conciertos, bailes, representaciones musicales…

P1260131Contrasta con el Bosquete de la Columnata, que no es obra de La Nôtre sino del arquitecto Jules Hardouin-Mansart con un espectacular peristilo de 32 columnas que acoge una llamativa escultura de Girardon, El rapto de Proserpina por Plutón. Mármol en contraste con el verde de los jardines.

Nos da tiempo a visitar otros bosquetes, como los Jardines del Rey, donde tiene lugar un típico espectáculo de agua con música o el Bosque de las Tres Fuentes, con tres ídem repartiendo juego. Pero sin duda, nos quedamos absolutamente maravillados con la Fuente del Dragón.

P1260147Representa otro episodio de la Leyenda de Apolo, aquel en el que la serpiente Pitón muere atravesada por una flecha de Apolo. La fuente es realmente impresionante, querubines armados con arcos y flechas montados en cisnes y delfines de feas caras rodean al dragón, cuyo chorro de agua llega a elevarse hasta 27 metros de altura.

P1260150 A su espalda se sitúa la Fuente de Neptuno, mucho más grande pero menos espectacular (bueno, quizá es porque no la vimos en funcionamiento, pues sus 99 chorros tienen que ser realmente asombrosos). Tiene tres grupos principales: Neptuno y Anfititre, Proteo y el Dios Océano, pero quizá es por no estar dorados por lo que no llamaron nuestra atención.

Estas fuentes se sitúan en el lado norte del Palacio. Los Jardines del lado Sur son, si cabe, más bellos, y más aún en primavera cuando las flores le proporcionan tales tonalidades que se entiende el amor que Luis XIV debía tener por sus jardines.

DSCN2336Los setos de boj están recortados de forma que desde los ventanales de las habitaciones de la reina se vieran arabescos y dibujos realizados con vida. Como la que le dan los tulipanes y peonías que explotaban de color en la primavera de Versalles.

DSCN2342 Muy cerca de este jardín se sitúa el Estanque de los Suizos (fueron los guardas suizos quienes lo agrandaron, después de construirse un estanque que sustituyera a una ciénaga) así como la Orangerie, un naranjal no permanente cuyas naranjas sólo podía disfrutar el rey.

Nos dirigimos de nuevo al Gran Canal. Es una enorme y majestuosa mancha de agua en el verdor de Versalles. Tiene 1670 metros de largo y se utilizaba como escenario para fiestas náuticas y para el entretenimiento de la Corte. Luis XIV llevaba barcos en miniatura al Canal e incluso el Dogo de la Serenísima República de Venecia le regaló al rey dos góndolas… con sus respectivos gondoleros.

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En este momento sirve de acomodo para todos los visitantes que allí estamos, que hacemos una parada en el recorrido para observar encandilados a tanta gente feliz pasando el día en Versalles.

Y sin embargo, lo mejor estaba aún por llegar: nos esperaba el Petit Trianon y el Dominio de María Antonieta. Y esto sí que es espectacular¡