27 de noviembre de 2010

La Berrea en el Parque Nacional de Cabañeros

P1230543 Como es bien sabido, más que verse, la berrea se oye. Y, más que oírse, la berrea del ciervo realmente se siente en más de un sentido. Ya está avanzada la madrugada cuando salimos hacia el Parque Nacional de Cabañeros a experimentar las sensaciones que genera el cortejo de los machos de ciervo. Estamos a finales de octubre y, en teoría, ya deberían ir desapareciendo los berridos nocturnos y sin embargo, como hace buen tiempo, vamos a tener todo un concierto.

P1230528 Aunque nos hemos agenciado un excelente guía propio (Vicente, de Natura indómita http://www.naturaindomita.com/), las reglas del Parque Nacional son claras: no podemos entrar a nuestro aire. De acuerdo, nos parece bien, pues todo lo que sea controlar el paso ingente de turistas a un área protegida sólo puede ir en su beneficio. Pero aún así hay algo que nos falla estrepitosamente: nuestro conductor, al que llaman “el galgo”.

Es un tipo adusto y casposo en el sentido real de la palabra. Casi no nos dirige la palabra en todo el recorrido y prácticamente para cuando nuestro guía propio se lo solicita. Lleva los aparejos correspondientes: prismáticos, guías… pero no las usa, se limita a conducir por el Parque y nosotros deseamos que nos hubiera tocado otro: por ejemplo ése guía que se ve utilizando un pinganillo para la mejor explicación de lo que se ve. Es cierto, tenemos mala suerte, pero es que hemos pagado por entrar y no pasa nada si esa mañana el águila imperial está perezosa: nos sentimos defraudados por la nula colaboración del conductor.

P1230501 Cabañeros es una verdadera maravilla, no sólo el paisaje del bosque mediterráneo o de la dehesa (la raña, que llaman aquí) sino porque el amanecer proporciona un placer todavía mayor. Es noche cerrada, hemos parado en medio de ninguna parte a ver si oímos algo. Y vaya que sí, lastimeros y bravos berridos se perciben en la lejanía. Hace bastante frío y el horizonte poco a poco se va tiñendo de rojo oscuro, blanco y amarillo.

Y es entonces cuando nos conmueve la berrea del ciervo y cuando nos damos cuenta de la maravillosa experiencia que proporciona. El sol, de un color rojo intenso, sale poco a poco en el este. El frío eriza nuestra piel mientras las totovías y calandrias trinan dando la bienvenida a nuestro sol. Al fondo, los machos de ciervo se hacen notar mientras el suave perfume de los cantuesos y tomillos, ya con las flores marchitadas, se combina con el arco iris nocturno del amanecer.

P1230537 El sol aparece ya por entero, detrás de las inmensas y maravillosas copas de las encinas y los ciervos berreantes, anteriormente ocultos en la arboleda de la noche, se hacen visibles y nos damos cuenta de lo que ha significado la protección de Cabañeros desde su proclamación como Parque Nacional. Hay ciervos, literalmente, por todas partes. Se cruzan por la carretera, pastan en las cercanías, entrechocan sus cuernas a modo de juego, nos observan, imponentes mientras el sol amanece detrás de ellos como cada mañana.

P1230527 La imagen es inolvidable: un viejo macho de poderosa cuerna vuelve la cabeza en el momento en el que el sol se torna rojo anaranjado. Sólo por esta imagen (inaccesible para nuestras cámaras) ya ha valido la pena el madrugón y el aguantar al conductor casposo. Los grandes machos se pasean por entre las hierbas agostadas desde hace meses pendientes aún de las hembras que puedan añadir a su harén.

P1230531 Éstas corretean de aquí para allá, algunas veces con cervatillos, a la espera de integrarse en algún grupo (los machos pueden tener a su disposición hasta 50 hembras).

Éstos berrean y se hacen notar, están en celo y es el momento del año del que depende su privilegiada vida donjuanesca. Y el bramido no es sino indicador de su potencia sexual y de la capacidad del ciervo para cubrir varias hembras. Por eso luchan entre sí (si bien estos machos jóvenes de la foto sólo están jugando a hacerlo, como entrenamiento para el futuro). Y, tal y como dije, los hay en todas partes.

P1230529 La población de Ciervo (Cervus elaphus) es muy elevada en el Parque Nacional. Aunque hay que tener en cuenta una cosa importante: la mayor parte de ellos se concentra en la raña, allá donde las hembras ramonean en busca de las primeras bellotas que el otoño deja en el suelo de la dehesa.

El año ha sido bueno, ha llovido bastante y por eso los animales están sanos y fuertes. Y es un auténtico placer observarlos en directo; nosotros y el resto de visitantes del parque, que son unos cuantos. Hay que tener en cuenta que es la época del año que más personas solicitan la visita a Cabañeros y los todoterrenos de la empresa encargada de las rutas (de diferentes tamaños, volumen y guías mejor o peor capacitados) recorren los caminos de la raña y de los encinares cercanos.

P1230541Obligamos a parar a nuestro decepcionante conductor. Y nos alegramos, pues no sólo vemos los ciervos más de cerca o a una larguísima familia de jabalíes corriendo por la raña, también vemos rapaces. Vicente pone el telescopio y por arte de magia, iluminados aún por la luz de la luna una pareja de Cernícalos Primillas (Falco naumanni) se despereza en el único árbol muerto de las cercanías. Qué espectáculo tan bello (e imposible de retratar con mi cámara). Vicente entonces localiza otra pareja de rapaces, pero a una maravillosa contraluz del amanecer que nos sobrecoge. Ya sólo por eso merece la pena haber entrado al Parque Nacional.

P1230540 En otra parada un visitante estúpido se acerca ufano con una enorme seta arrancada de la sombría del encinar. Curioso: su guía sólo le sonríe. El nuestro murmura más tarde algo sobre la multa que debería haberse llevado. En cualquier caso, y aunque parezca obvio, nuestro guía patán no dio ni una sola indicación al comenzar la ruta.

P1230555 Ruta que por cierto continúa por el valle en busca del Águila Imperial que anida en las cercanías y de los buitres de un cortado cercano, pero ni hay suerte ni el tipo la busca. Al menos me quedo con las imágenes de los baños de los jabalíes y de las todavía coloradas Calluna vulgaris y Erica australis, localizables en las zonas más soleadas del parque. Atrás dejamos las umbrías de melojos y quejigos, las planicies herbosas de la raña y los jarales conquistadores de los ámbitos más antropizados.

P1230566 Volveremos a Cabañeros, quizá de otra forma. Mientras tanto, aprovechamos para recorrer el área cercana al Parque, por ejemplo la preciosa Chorrera de Horcajo, un salto de agua de 15 metros que realiza el arroyo de la Chorrera en el término municipal de Horcajo de los Montes, muy cerca del Parque Nacional.

P1230559 Es una postal bonita y el acceso hasta ella caminando merece la pena, pues pasa del bosque mediterráneo abierto a la umbría con pozas creadas por la misma cascada.

Nuestro objetivo (buscar plantas carnívoras) no se cumplió, pero a cambio pudimos disfrutar de buitres negros sobrevolándonos, helechos reales (Osmunda regalis) –en la foto de abajo-, alguna Macrolepiota (bueno, por su talla y fase de crecimiento podría ser una Lepiota a secas), algunos melojos y unas jaras muertas que, pese a parecer quemadas, habían sido atacadas por un hongo (lo cual nos sorprendió, pues realmente parecen abrasadas).

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Después de la comida (por cierto, cómo se lo curran los de Natura Indómita, que bien organizado y qué rico todo), nos damos una vuelta por algunos puntos interesantes para visitar en las cercanías de Almagro. Por ejemplo, por el Monumento Natural del Maar de la Hoya de Cervera.

El Campo de Calatrava es conocido, sobre todo, por ser referencia en geología, dado su origen volcánico. Aunque las erupciones volcánicas del Campo de Calatrava dejaron de suceder hace un millón de años, todavía quedan algunas manifestaciones, como los escapes gaseosos sulfúricos o carbónicos que aparecen en la Laguna de Cervera, en medio de este Monumento Natural. Estos escapes suelen salir a la superficie en forma de fumarolas (raro en el Campo de Calatrava) o de manantiales burbujeantes cuando se mezclan con aguas subterráneas (los suelen llamar aquí Hervideros). Y de ahí salen las típicas aguas agrias de la zona¡

P1230587 El caso es que el Maar de la Laguna de Cervera es un volcán hidromagmático. Hace muuucho tiempo sucedió una erupción y el magma al ascender entró en contacto con una capa de agua, que se evaporó inmediatamente, aumentando exponencialmente la presión interna del subsuela y explotando todo a lo grande: roca, material volcánico y vapor y dejando un hueco en el que ahora se asienta la laguna.

P1230592 ¿Y porqué venimos a esta laguna? Pues para ver esa abubilla del camino, ese aguilucho cenizo que nos sale al paso y ese aguilucho lagunero que sobrevuela el agua en busca de alguna presa. Por las gaviotas y los patos que recorren la vegetación mientras las garzas otean en un picacho de la laguna a ver si pasa algún pez.

Pero si el Maar de Cervera es un placer para los sentidos, más lo es aún el Embalse de la Vega del Jabalón en Granátula de Calatrava. En un embalse en buenas condiciones se suele concentrar un número tal de especies que es difícil poder compararlo con otra cosa.

P1230595 Y en nuestro caso fue verdaderamente espectacular, pues antes incluso de ver garzas reales, garcillas bueyeras y demás avifauna en el camino se nos cruzó una hembra de Meloncillo (Herpestes ichneumon) con su cría agarrada a la cola. La rapidez con la que cruzaron impidió realizar alguna foto, pero queda grabada en nuestra memoria la típica imagen de la serpiente gigante que recorre los herbazales y que no es sino la familia de meloncillos en busca de alimento.

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Vamos despacio por el camino que circunda el Embalse. Las más fáciles de ver son las ardeidas: garzas y garcillas que esperan pacientemente en los sauces y tarays (o directamente en el agua) a poder hacerse con alguno de los pececillos que por allí nadan.

Gorriones molineros y tarabillas (como el macho de la imagen) se posan en los palitroques de las retamas y sauces mientras en la lejanía un gran grupo de cormoranes grandes se aposta, ya al atardecer, para descansar.

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En los cables de los tendidos una gran cantidad de tordos ocultan a un invitado, un precioso alcaudón real camuflado entre los negros pajarillos que en ocasiones se convierten en plaga.

Hay algunos que denominan plaga a nuestras cigüeñas. Encontramos un par de ellas muertas al lado de una torreta de la luz, de hace unos días. Este tipo de instalaciones no son sino un peligro ubicadas en un lugar como éste, en el que hay más aves por metro cuadrado (y metro cúbico) que en la mayor parte del territorio cercano.

P1230617 Un andarríos chico refleja su imagen en la charca en la que busca alimento a nuestra izquierda mientras sobrevuela un aguilucho lagunero en las cercanías.

La verdad es que es un recorrido encantador que aprovechamos mucho más al hacer una parada y ver cómo el rosado atardecer hace que las aves se resguarden en la laguna mientras la luna asciende sobre el embalse, la misma luna que esa misma mañana se escondía mientras un sol inolvidable ascendía en Cabañeros y los ciervos llevaba ya horas bramando en pos de las hembras que formaran parte de su harén.

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21 de noviembre de 2010

8 apuntes sobre Siria

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1. Maalula

¿Por qué Maalula primero? Hombre, la verdad es que la vista es bonita, el pueblo está situado un la falda de una montaña y sus casas blancas contrastan con los edificios modernos que están construyendo y que perjudican el paisaje del que tratan de aprovecharse. Pero es que aquí todavía se habla una de las lenguas más antiguas y conocidas: el arameo del siglo I aC. Nos llevan a los turistas a Maalula para oír rezar en vivo y en directo un padre nuestro en uno de los monasterios más antiguos de Siria: el Monasterio de San Sergio.
En el vídeo, la chiquilla en realidad está hablando un dialecto del arameo. Los únicos lugares donde todavía se habla (no se escribe) son Maalula y dos pueblos de alrededor, Bakhaa y Yobadine. De hecho, Maalula es una palabra aramea que significa “entrada”.

Y lo saco a colación no sólo por lo bonito de sus calles o lo curioso que es oír hablara en una lengua prácticamente muerta sino porque pasear por Maalula da la oportunidad de ver una Siria un poco diferente a la que ves en Damasco o Aleppo, que al fin y al cabo son las ciudades más importantes del país. Por ello llaman la atención las gentes de la calle, las tiendas abarrotadas, los transportes sacados de una película casi irreal, las cuestas empinadas por donde circula nuestro autobús con otros vehículos en sentido contrario pero con un único carril…

P1220158 Pero está bien recorrer la Iglesia de San Sergio y San Baco y el Monasterio de Santa Tecla. Al fin y al cabo nos encontramos en iglesias construidas en el siglo IV ó V dC, con puertas y vigas que datan de mucho antes (de hecho, en el Museo tienda que hay al inicio, además de invitarte a un vinito te enseñan la antigua puerta de acceso al Monasterio).

Lo más interesante de San Sergio son los altares (únicos en el mundo pues tienen forma de altar pagano) y los iconos que guarda en su iglesia-cripta (en la foto, los del iconógrafo Miguel de Creta, de 1813, sobre fondo de oro; a la derecha, sin poder verse, un San Juan bautista con las piernas cruzadas y recostado transmitiendo satisfacción por el “trabajo” realizado.

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En Santa Tecla, a donde arribamos en medio de una concurrida misa (curioso, ver misas en países árabes) pudimos acceder a la cueva donde está enterrada presuntamente la tal Santa Tecla, que huyó de los romanos y la montaña se abrió para facilitarle la escapatoria". Curiosamente, la señora que guardaba la cueva donde se ubica nos echó la bronca por pasar, descalzos como te piden, pero con los zapatos en la mano¡¡ Para otra vez, los dejamos fuera.

2.Todo comienza aquí

P1230047Cuando te interesas por la arqueología en esta parte del mundo te das cuenta de que estás pisando en uno de los puntos calientes de la historia antigua.
Y en muchos de los textos (y en muchos de los museos, de las exposiciones, de los libros sobre el tema) se mencionan repetidamente los Tell, Al fin y al cabo se trata de colinas hechas por el hombre a lo largo de cientos de años.

Dice wikipedia: “Tell (plural: tells), también escrito como tall o tel, (en árabe تلّ, tall, y en hebreo תל, tel) es un término que significa "colina" o "montículo", que sirve para designar un yacimiento arqueológico con forma de montículo de tierra que es el resultado de la acumulación y la subsecuente erosión de materiales depositados por la ocupación humana de un lugar durante largos períodos”. y, de vez en cuando, nos llena de emoción divisar desde el autobús estas acumulaciones de arena que guardan el recuerdo de nuestro pasado y del que se extraen las maravillas que encontramos en los museos.

3.Transporte

P1230046En realidad, esta última entrada sobre Siria no es más que un relato de las anécdotas que se ven desde el autobús recorriendo un país tan fascinante. Tells, pueblos pequeños en faldas de montaña… y curiosos transportes que circulan por sus carreteras. Las carreteras en Siria, por cierto, son bastante buenas; al menos las que unen ciudades principales (no así las secundarias).En otra entrada ya he mencionado lo llamativo de las luces de colores que utilizan de noche los camiones y autobuses.

P1220166 Pero es que por el día, muchos autobuses interurbanos las gastan como el de la foto de aquí al lado.

En este viaje desgraciadamente no hemos tenido la oportunidad de utilizar trenes o barcos (hemos ido en un confortable autocar discrecional), pero sí de poder ver los medios que utiliza la gente normal para viajar (que simplemente les hace señas en medio de la calle para que paren). Y, desde luego, son para hacerles una foto.
P1230137 Supongo que visto desde nuestra perspectiva occidental, es fácil juzgar la situación. Los medios son lo que son, la economía y la sociedad permiten una forma de vida que, con suerte y menos fundamentalismo, irá a buen seguro a mejor en el futuro.

4. Siria desde el autobús

Quizá esto es lo más fascinante de todo. Leer sobre Siria (por ejemplo, las excelentes novelas de Rafik Schami, cuyo “Secreto del Calígrafo” me acompañó durante el viaje) recorriendo el país y utilizando la ventana del autocar como si de una pantalla se tratara.
P1220570 Una pantalla a una sociedad en la que niños y mayores te saludan al paso del autobús (sobre todo en aquellos pueblos más aislados del resto, como los del noreste del país).

Donde los carros de venta de frutas se paran en cualquier lado con clientes acercándose a por su parte. Donde gentes se afanan en trabajar en la construcción… posiblemente de sus propias casas, pues son muy pocos los que parecen estar involucrados en cada obra. Donde los chavales corren siguiendo el curso del autobús. Donde los cementerios se disponen en las afueras de los pueblos bajo el sol abrasador del verano.
P1220511Un país desértico, a pesar del azul casi incandescente del Éufrates, donde los dromedarios pastan tranquilamente entre las crasuláceas hojas de las Anabasis articulata, mientras el viento arrecia, levanta la arena y es aprovechado por alguna de las torretas que, casi sacadas de un western, aparecen de vez en cuando en el horizonte sirio.
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Ésta, en concreto, pertenece a un lugar encantador perdido en medio del desierto, el Bagdag Café, a medio camino entre Damasco y Palmira. En este café no sólo te puedes tomar un té, un café o una Mirinda de naranja (tengo obsesión por ellas) sino que puedes comprar libros, fósiles y recuerdos mientras te fumas un narguile viendo una reconstrucción de las antiguas casas de la zona, con forma de cono. Esta forma, antiguamente muy extendida en toda Siria, tiene una razón de ser: el inclemente sol del medio día incide directamente sobre lo alto de la estructura y su calor se reparte de forma difusa por el tejado, facilitando que el frescor interior permanezca. Todo un logro, este Bagdag Café, del que todo el mundo sale encantado.

5. Las norias de Hama

P1230167 Una parada imprescindible en este recorrido es Hama, una de las ciudades más conservadoras de Siria (de mayoría sunnita). La verdad es que el turismo suele pasar de largo por Hama, parando únicamente para poder ver de cerca las impresionantes norias de madera que se disponen sobre el río Orontes.
De hecho, mientras los chavales de Hama juegan en las norias a tirarse al río yo me acuerdo de la preciosa noria de madera construida por expertos sirios en el Parque Luis Buñuel de Zaragoza, el de la Expo, un parque precioso que cuenta con una noria calcada de las de Hama.

P1230170Durante la Edad Media llegaron a estar disponibles en Hama hasta 32 norias de madera, habiéndose reducido su número a la mitad. Cada una de las ruedas hidráulicas tiene su propio nombre.

Esta de arriba se llama Noria Jaabariya y tiene 18 metros de diámetro y está acompañada por otras norias más pequeñas (en este caso, la Noria Sahuniya). Casi todas las norias se construyeron entre los siglos XV y XVI, llevan cientos de años regando los campos de los alrededores de Hama e incluso algunas vierten agua en acueductos destinados al consumo humano.
La noria Jaabariya se puede ver desde un puente de piedra por el que circulan muchos coches en sentido único, pero la vista merece mucho la pena. La vista y el oído, pues el ruido que generan es importante. Justo al lado de la Jaabariya se sitúa la Mezquita An Nuri, erigida por el mismísimo Nur Ed Din en 1172 junto al río…

6. Islam y cristianismo

P1210951 Y sin embargo, no somos conscientes de haber visto demasiados alminares en los pueblos de Siria. Por supuesto, nos encontramos en un país árabe, una república de religión oficial islámica en la que esta religión no solo prevalece sobre las demás sino que se ha convertido en un argumento con el que defender la autenticidad de la sociedad siria frente a la recurrente occidentalización del país.
Por ello, y a pesar de los habituales comentarios referentes a que se trata de turistas de Arabia Saudí, cada vez es más habitual encontrar mujeres no ya cubiertas con pañuelo sino absolutamente cubiertas, de la cabeza a los pies, incluidas manos, cara y…ojos. 

Totalmente de negro, mujeres caminan ayudadas por otras las callejuelas de los zocos sin poder ver, pues una tela cubre sus ojos. Al lado hay mujeres en diferentes grados de islamización de la indumentaria femenina, lo cual puede llegar a ser aterrador. Ello no quiere decir que en Siria se puedan ver mujeres fumando narguile en los cafés y que el gobierno cuente con mujeres ministras, pero el peligro de alinear la religión con la política está muy presente. Y ese mal sueño puede convertirse en pesadilla en muchos lugares.



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Mientras tanto, disfrutamos de la auténtica belleza de las mezquitas de los Omeyas, de la cálida acogida de muchos musulmanes a los viajeros, de la educación y deseo de ayudar de muchas personas, de las francas sonrisas de la mayoría de tus interlocutores, de los saludos que siempre te dan.
Por otro lado, conviven en el país más de veinte grupos de musulmanes y cristianos (entiendo que muy pocos no creyentes) y el abanico de sus creencias es muy variado. Curiosamente algunos pueblos mantienen un elevado porcentaje de cristianos entre sus fieles.

7. Gobierno

P1220436 El efecto no es tan acusado como en otros países árabes como Jordania o Egipto, ni siquiera como en Turquía, que es una república laica. Aunque la bandera siria ondea en numerosos lugares, es mucho más frecuente la imagen del presidente Bashir Al Assad (muchas veces acompañado de su padre), reelegido con un 97% de los votos en 2007 en un proceso típicamente árabe.


Al Assad es el líder de su partido, que suele sacra la mayoría absoluta siempre; el resto de partidos han de pertenecer obligatoriamente al Frente Nacional Progresista, por lo que las posibilidades son casi siempre las mismas. Pero en la práctica da igual, se trata de regímenes de dictadura blanda gracias a los cuales estos países progresan económica y socialmente de una manera típicamente árabe. P1210771Como lo es ver la imagen del presidente, con sus limpios ojos azules y su serio semblante, en cualquier edificio público o privado. Ya podía tomar nota de su homólogo jordano, el rey Abdalá II, que al menos en las fotos casi siempre sonríe.

En cualquier caso, creo que hay que estar agradecidos a figuras como las de Bashir Al Assad o Abdullah II, que aún con sus tejemanejes propios, mantienen estados en vías de desarrollo y en permanente equilibrio con los sectores más radicales de la sociedad.
Una sociedad, por cierto, cambiante, que recoge algunos conceptos de occidente y los hace suyos, sin librarse del trasfondo real en el que viven.
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Véanse por ejemplo estos anuncios: frente al recién licenciado que se puede sacar de cualquier universidad americana al anuncio de esa televisión de plasma moderna y colorida de la que sale un cazador en busca de un puma (también americano).

En Occidente, al menos, el interés por el medio ambiente no admitiría, entiendo, una publicidad tan basada en un animal tan bello, la televisión saldría perdiendo. En Siria aún se vive en otra época, aunque con televisiones de plasma y universidades con birrete.

8. La comida siria

P1230191 P1230192 La gastronomía siria es una delicia, en serio. Múltiples pequeños platos con cosas variadas (casi siempre frías) suelen estar a disposición de comensal. Los más característicos son los Mezzes o entremeses, basados en un buen número de ensaladas, cremas y cosas para picar (regados con la típica cerveza siria Al Shark).

Lo que más llama la atención son las cremas y purés donde el Humus gana la partida, esta crema de garbanzos, aceite de oliva y ajo es superada sólo por la crema de berenjenas, yogur y aceite de sésamo (el mutabal), componentes ambos que aparecen regularmente en las ensaladas (la mejor, el babá gannuj, la ensalada de berenjena y tomate). Queso fresco, aceitunas, falafel y otras maravillas completaban los entremeses antes de pasar al plato principal.

P1220204 Invariablemente, pollo con arroz o bien cordero con arroz, carnes a la parrilla acompañadas del tradicional pan árabe redondo y fino. Me quedo con el Mensaf, un plato típicamente palmireño: el pollo con arroz, pero también con almendras y pistachos.

Y esto es parte de lo mejor que guardo de Siria, el delicioso sabor de un babá gannuj mientras desde la terraza del hotel veo anochecer en las maravillosas ruinas de Palmira, mientras familias sirias tocan un instrumento musical frente a un templo y el frío del desierto eriza nuestra piel: todos los sentidos enriquecidos, el gusto, la vista, el oído, el tacto. Siria es un festín para los sentidos y para el conocimiento.
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9 de noviembre de 2010

Obras maestras de los museos arqueológicos de Siria (Damasco y Aleppo)

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Dice el catálogo, horriblemente traducido al castellano por cierto, del Museo Nacional de Damasco que todo ser humano tiene dos patrias: la suya propia y Siria. Puestos a comprobarlo, recorrimos las salas del Museo Nacional de Damasco y del Museo Arqueológico de Alepo y allí nos encontramos con pistas de ese remoto origen, con piezas únicas y con una curiosa mezcla entre oriente y occidente al presentarlas… pero mereció la pena aunque, a fuer de ser sinceros, sólo pudimos ver con detalle el Museo de Aleppo…

P1210901Museo Nacional de Damasco

Una de las cosas más llamativas del Museo Nacional es que algunos de los objetos más impresionantes están en sus jardines. De hecho, está prohibido hacer fotos en el interior (si no untas a los conserjes, claro) por lo que mucha gente aprovecha para recorrer el jardín y fotografiar las cosas que más llaman la atención.

Por supuesto, prácticamente ninguna de ellas tiene un cartel identificativo y, entiendo, Damasco no debe ser una ciudad en la que la lluvia sea un gran problema por lo que supongo que será cuestión de tiempo el que la exposición de piezas mejore.

Y una de las mayores piezas que aguanta la meteorología es el León del Templo de Allat (si es que es el original) de Palmira, hallado en los años 70 en la impresionante ciudad de Zenobia y que anda de aquí para allá cuando, con un poquito de atención, podrían convertirlo en un símbolo del yacimiento. Fue construido en el siglo I dC en honor a la Diosa Allat (la Atenea de los palmireños de aquella época) y su tamaño es enorme.

Al Museo se entra por Shoukri Al Kouwatli St. y lo primero que ves son multitud de sarcófagos, estatuaria, capiteles, columnas, lápidas y llamativas puertas de piedra entre arbustos y bonitos estanques. Y precisamente nos quedamos con las puertas de piedra, muy populares en esta zona en época clásica y bizantina y de las que existen numerosos ejemplos en los jardines del Museo Nacional de Damasco.

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Y en este precioso entorno  de jardines y esculturas aparece la fachada del Museo, uno de los puntos fuertes de la visita. Esta fachada fue trasladada aquí desde el lado oeste del Qasar El Heir El Gharbi, un antiguo palacio de época Omeya del siglo VIII dC a medio camino entre Damasco y Palmira.

P1210919 La fachada oeste de este palacio tiene formas geométricas y decoraciones florales de todo tipo (muchas de ellas, con un fuerte contenido simbólico, como los cuadrados –símbolo de los cuatro elementos-, los círculos –símbolo del ciclo de la vida-, octógonos, hexágonos…).

Sus constructores trataron de representar en sus puertas ejemplos de arte de diferente origen: romano, bizantino, clásico, incluso egipcio (algunas de sus columnas tratan de recoger la esencia de las columnas lotiformes del Templo de Karnak, en Luxor). P1210920E incluso se permitieron el lujo de incorporar una figura humana al conjunto… y parece que les dejaron.

En fin, una entrada digna de un gran museo, la de este palacio (uno de los 36 que los Omeyas construyeron a lo largo de Siria). Y una vez dentro, se acabaron las fotos y comenzó el calor, la falta de información, la exposición tradicional de objetos y los guardianes tratando de sacarte unas liras sirias para cualquier cosa. El Museo tiene su encanto, esto es innegable, y alberga algunas cosas realmente hermosas.

Por ejemplo, una Tumba Subterránea de Palmira o una Sinagoga de Dura Europos, pero dadas las condiciones de la visita me limitaré a llamar la atención sobre las 3 ó 4 piezas que más nos gustaron. Y, para comenzar, qué menos que la más famosa de todas ellas, el primer alfabeto conocido.

Es muy pequeño, del tamaño de un dedo, y se inscribió en una pequeña tableta de arcilla hace 3400 años en Ugarit. Hay otras tablillas en la misma sala –y en las dedicadas a los hallazgos de las ciudades sirias de la antigüedad (Ugarit, Ebla o Mari: la antigua Mesopotamia casi en pleno)-: alguna incluso sobre mármol, otra recoge la primer partitura musical conocida. Pero la más importante sigue siendo la del primer alfabeto conocido.

En aquel tiempo había dos clases de escritura, la cuneiforme y la jeroglífica. Este primer alfabeto, de la lengua ugarítica, vio simplificar las reglas del juego hablado y escrito, reduciendo el número de sílabas que se utilizaban en los otros dos sistemas, haciendo la lengua de Ugarit más asequible para la escritura. Una lengua de no más de 30 letras y muy rica en fonética (por ejemplo, con tres formas de la A: aa, au y ai).

No me extiendo en este tema, pues me puedo pillar los dedos, pero se trata de un momento único en la historia, cuando los ciudadanos de Ugarit (como pudieran ser aquellos en los que se basaron al realizar esta cabeza tallada en marfil y oro de la izquierda) pudieron tener acceso a una forma más ordenada de expresarse.

P1210921 Recorremos rápidamente la sala de Ugarit. También la de Ebla. No tenemos prácticamente información y nuestra sensación es un pelín decepcionante. Sí nos parece mucho más interesante la sala dedicada al Reino de Mari. Allí nos espera Iku-Shamagan, el Rey más antiguo de Mari, que dedicó su estatua a Innana Zaza, la estatua sumeria de un rey orante más alta de las halladas hasta el momento. Es del tamaño de un hombre bajo y se considera la mayor estatua de todo el Dinástico Arcaico sumerio con sus 1,14 m de altura.

Estatuas como ésta, fechadas alrededor de 2500 aC, suponían regalos u ofrendas de devotos que esperaban conseguir algo de los dioses. Sus ojos estaban labrados habitualmente en piedra; en ocasiones eran ocupados con piedras de lapislázuli (también, se supone, los agujeros de sus barbas). Muchos de ellos mantenían un mismo arquetipo, con cabezas afeitadas, manos al pecho y largas faldas de lana de oveja.

P1210922 Casi todos los orantes, mujeres y hombres, tienen a la espalda una inscripción votiva de dedicación. Iku-Shamagan no podía ser menos y, por 50 liras sirias, pude echar un par de fotillos al rey y a la inscripción de su espalda. El primero y más antiguo de los reyes de Mari, en el tercer milenio antes de Cristo (o bien alguien en su nombre) dedica su estatua con fines religiosos al Templo de la diosa Innana Zaza.

 Relief depicting Princess Zenobia (d.p.272) and a female companionAvanzamos en el tiempo para tener oportunidad de ver algunos de los objetos más interesantes de época romana y bizantina. Palmira nos deja esta estela de (dependiendo quien lo cuente) la reina Zenobia de Palmira y la diosa de la fortuna Tiké o bien son las diosas Ishtar y Tiké. En el Museo se hacía referencia a la reina más famosa de Siria pero es Ishtar (o Ashtar) quien aparece identificada como mayor protagonista de esta efectista estela.

Aphlad, el dios protector del pueblo de Anath del Éufrates, hallado en el yacimiento de Dura Europos es el protagonista de la otra estela que atrajo nuestra atención.

Un sacerdote con un gorro cónico está frente a un altar ofreciendo incienso y alguna bebida al dios Aphlad, que se sitúa imponente con su cetro y su vestimenta (originalmente adornada con estrellas) sobre el altar de figuras animales. En realidad, esta tabla es también una ofrenda votiva, de un tal Adadyabus, realizada a Aphlad en busca de su salud, la de sus hijos y la de los miembros de su casa en época griega.

Museo Arqueológico de Aleppo

P1220885 Esto es otra cosa, sí señor. Bien es verdad que pudimos dedicar prácticamente una tarde entera al Museo de Aleppo, que no había demasiada gente viéndolo con nosotros (en Damasco éramos muchos) y que la información está un poco mejor organizada. En definitiva, que nos gustó bastante más que el primero.

P1220899 Y además porque nada más entrar nos encontramos carteles en castellano¡ Y es que el cercano yacimiento de Tell Halula está siendo excavado desde hace años por una Misión arqueológica española, dirigida por la Universitat Autònoma de Barcelona. Se trata de un yacimiento neolítico en el margen derecho del río Éufrates y aquí, en el Museo de Aleppo, están los resultados, en vitrinas con información en español que, desde luego, sorprende ver.

P1220940 Max van Oppenheim es quizá la figura más sobresaliente del Museo de Aleppo. Al fin y al cabo, se trata de uno de los grandes historiadores y arqueólogos alemanes que terminó construyendo su propio museo en el Berlín de los años 30 por falta de ayuda estatal (por cierto, fue destruido en la segunda guerra mundial).

En aquella época los arqueólogos extranjeros se solían quedar con alguna parte de lo hallado (que se lo digan, por ejemplo, a Ludwig Borchard, el descubridor de Nefetiti) y Oppenheim no fue menos. En el yacimiento de Tell Halaf halló algunas de las grandes figuras más sorprendentes de las que he podido ver.

P1220889 De hecho, algunas de las esculturas son copias de las originales que se destruyeron en el museo alemán (y que están tratando de reconstruir en el Museo de Pérgamo). Entre ellas, algunas de la impresionante entrada del Museo.

El yacimiento de Tell Halaf pertenece al primer milenio aC (900 aC). Los arameos establecieron allí su estado (Bait Bakhni) haciendo de Guzana su capital. Y en Tell Halaf es donde se encontraron los restos de Guzana, entre ellos el Templo residencia del rey. Y la entrada a ese templo es la que está reconstruida en la entrada del Museo con tres estatuas humanas sobre dos leones y un toro. Las estatuas soportan un gran arquitrabe.

P1220951 Dentro del museo se encuentran las estatuas del Templo del Rey de Guzana y la verdad es que son asombrosas, estatuas de hombres y mujeres, de pie o sedentes, en basalto negro, enormes, hieráticas… pero también grandes tablas incluso más llamativas.

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Esfinges, seres mitológicos varios y numerosas tablas (como la superior, con los dioses sujetando el sol) que cubrían las paredes de las salas del palacio. Las figuras denominadas escorpiones (cabeza humana, cuerpo de ave, cola de escorpión) son las que dan nombre a la gran sala de Tell Halaf.

P1220943 La diosa de la foto superior a la derecha, por cierto, lleva una inscripción que dice: “Palacio de Cavara, hijo de Khadaino, esta obra que ni mis antepasado pudieron hacer, a cualquier persona que quiera tachar mi nombre y poner el suyo, el castigo será el de quemar siete de sus hijos enfrente del dios Hadad, así como siete de sus hijas a hacer la prostitución ante la diosa Astarté, este escrito lo realizó mi esclavo Elo”. Un aviso de hace 3000 años que sacó en los años 20 Oppenheimer de un Tell sirio y que ahora se exponen en Aleppo.

P1220893 Pero volvamos al comienzo del museo, donde hay mucho que ver. La primera sala está dedicada a la prehistoria y es aquí donde se ubican las vitrinas de Tell Halula, pero también otras cosas interesantes. Por ejemplo, los restos de un esqueleto completo de un niño Neanderthal de dos años hallado en Dederiyeh. Se hallaron el 23 de agosto de 1993 pero aquel chavalín debió morir en el Paleolítico Medio, entre 40.000 y 200.000 años. Ya hora está aquí, reconstruido además.

P1220900P1220892Por supuesto merecen también atención las figuras de Tell Kashkashuk, figuras de Diosas Madre de la fertilidad típicas de la época protohistórica mesopotámica.

Muchas de estas figurillas hay en el Museo de Aleppo, igual que idolillos oculares, carentes de rasgos anatómicos excepto sus ojos, grandes y abiertos. En este caso se trata de exvotos con una intención evidente mágico-religiosa, probablemente amuletos de alabastro hallados en Tell Brak. Las Diosas Madre, sin embargo, tendrían una faceta más importante: símbolo de la fertilidad, la vida, la perpetuidad.

P1220912 Por cierto, que poco después aparecen en una vitrina una gran cantidad (y variedad) de figuras de animales como leones, osos, ranas, aves, corderos y hasta erizos.

También son de Tell Brak, y de principios del tercer milenio antes de nuestra era, y hallados en uno de tantos yacimientos ubicados en Tells que aparecen por toda Siria. Por cierto, quien los halló fue Max Mallowan, el marido arqueólogo de Ágatha Christie.

En esta misma sala, más adelante, aparecen dos de las obras maestras por las que es conocido el Museo Arqueológico de Aleppo. De nuevo, es el reino de Mari quien da alas a nuestra imaginación, por ejemplo, con la Diosa del Manantial (o Diosa del Vaso Manante), una de las esculturas más llamativas del Museo (que incluso venden como figurita recuerdo del mismo).

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2000 – 1500 aC:la Babilonia de Hammurabi está en su máximo esplendor. Es el llamado en historia del arte periodo paleobabilónico y en el reino de Mari vamos a encontrar ejemplos evidentes de es te periodo. Hasta que el mismo Hammurabi destruyó la ciudad de Mari (actual Tell Hariri), ésta había vivido años de éxito por su estratégica ubicación a orillas del Éufrates.

Uno de sus más grandes Palacios, el del rey Zimri-Lin (cuyo suegro fue Rey de Siria) tenía frescos de gran belleza tanto sagrados como profanos. En su Sala del Trono los colores de las paredes formaban figuras imaginativas y simbólicas.

La única que se conserva en Siria es la que se ubica en el Museo de Aleppo, en la que se ve un sacerdote  con gorro y ropa bordada llevando un toro al sacrificio. Los demás frescos están en el Louvre.

Pues bien, entre estos frescos destaca la imagen del símbolo de la fertilidad, la Diosa del Vaso Manante que se convirtió, también en aquella época, en una de las representaciones más utilizadas en Mesopotamia.

P1220921La escultura de época paleobabilónica del Museo de Aleppo responde a esta necesidad. Es de piedra caliza y se calcula que fue realizada en 1750 aC.

P1220902 Fue hallada en dos partes separadas y felizmente reconstruida para que hoy en día podamos admirar los cuernos que rodean su cabeza (símbolo de divinidad en el Oriente antiguo), su pelo recogido, su gran collar, las pulseras de sus manos y el cántaro de agua que representa la vida que esta Diosa da.

También en la Sala del Trono, tumbado bajo una escalera, se halló la estatua de Ishtup Elum, en diorita y de un metro de altura. Lleva un gorro cónico, una bufanda bordada y en la parte de atrás, como es tradicional, lleva una inscripción cuneiforme primitiva. Es de época del sucesor de Zimri-Lim, llamado Yakhdoum Lim.

P1220918  Para conocer la realidad de la vida de las gentes de Mari, qué mejor que echar una ojeada a las más de 20.000 tablillas que se han encontrado en Tell Hariri. Mis favoritas son, como siempre, las de mensajes cortos e imperecederos. P1220914En esta tablilla de la izquierda, la princesa Shimatum le comunica a su padre, el gran rey Zimri-Lim que “He dado a luz gemelos, un niño y una niña. Sé feliz, mi Señor”.

Por cierto, en las cocinas del Palacio se encontraron varios moldes para hacer pan con formas decorativas de lo más variado: leones, peces, toros, perros, pájaros; escenas compuestas con dos cabras y un árbol, un hombre paseando con un perro y un ciervo…

La verdad es que son muy llamativas, pero más lo es el imponente León de Bronce del Templo de Dagan (se encontraron dos, el otro está en el Louvre). Como todos los protectores orientales, se ponían en las entradas para proteger los palacios de los malos espíritus.

P1220903Dejamos atrás las salas dedicadas al Reino de Mari en el Museo Arqueológico de Aleppo, con su amplia colección de estatuas orantes y oferentes (como el que ofrece un cordero a la derecha del todo, muy antiguo) y hasta una descabezada estatua de Shamash, el dios del sol y la justicia de Mari. Próxima parada: Ugarit.

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Ugarit está más cerca de Aleppo que Mari, el yacimiento se suele asociar a la ciudad de Latakia. Varios templos, un palacio real, 18.000 tablillas (como la del primer alfabeto de la lengua ugarítica) e interesantes objetos en exposición. Las gentes de Ugarit se dedicaban a la agricultura, al ganado y al comercio (el mar, al fin y al cabo, estaba cerca) y hay muestras de todo ello.

P1220928 P1220930Por ejemplo, el hacha de bronce con hilos de oro incrustados que representan un cerdo y dos leones de la derecha o la copa de oro de la izquierda, con escenas animales. Productos típicamente asociados al comercio, como lo son las grandes y variadas vasijas y jarras halladas en el yacimiento.

P1220937 El llamado Cubo de Missini (a la derecha de la foto), muy alto, se realizó en 1390 aC e implica las modas que llevaban a comprar objetos de Egipto, del Egeo y de mucho más allá.

Por eso se muestran en esta sala ejemplos de vasijas de alabastro así como pesos de plomo y bronce importados de Egipto (una de las vasijas con el nombre impreso de Ramsés II), piezas de marfil griegas, figuras de terracota de influencia micénica (humanas y animales) y un largo etcétera. P1220938 Algunas de estas piezas se fabricaron en el mismo Ugarit, que sentía la influencia de los mercados de países lejanos.

Las salas inmediatamente posteriores a la de Ugarit son las de Tell Ahalf comentadas al principio, las de Oppenheimer.

Después hacen su aparición los asirios.

DSC00659 Dos gigantescas estatuas de dioses oferentes, une enorme estela de Assarhaddon, frescos (el más curioso, el Fresco de los dos príncipes hallado en Tell Ahmar), relieves de paredes de palacios… Siria es un lugar privilegiado para el estudio del Imperio Asirio pero para nuestra pena no pudimos pararnos demasiado en la sala dedicada a esta civilización.

DSC00660 Por lo menos sí tuvimos oportunidad de admirar las delicadas piezas de marfil de las que el Museo de Aleppo se enorgullece de poseer. Estas piezas esculpidas en marfil se utilizaban para decorar muebles, camas, mesas, sillas… y aún hoy hay discusiones sobre sus fabricantes. Unos optan directamente por los fenicios, otros por los propios asirios, otros por los arameos. En cualquier caso, se detecta en ellos una importante influencia egipcia.

P1220953 Dos animales mitológicos con cuerpo de león y cabeza de carnero (qué egipcio suena todo esto), otros animales mitológicos, vacas con terneros, motivos religiosos… relieves en marfil que se ubicaban en los muebles de la gente más pudiente de la época.

P1220955 Más civilizaciones: los hititas. El único templo hitita completo hallado en Siria es el del yacimiento de Ain Dara, al noroeste de Aleppo. Es del siglo X aC (antes que los pueblos del mar desbarataran a este pueblo) y es muy parecido al de Tell Halaf.

Tanto, que enseguida nos atraen con su mirada y sus poses la figuras de dioses realizadas en basalto que cubrían las paredes de la sala interior del Palacio de Ain Dara.

P1220957 Ebla también tiene alguna cosa interesante, sobre todo su estatua de toro salvaje en oro o el pelo postizo para la cabeza de una estatua hallados en el Placio Real de Ebla, en Tell Mardikh. Pero el Museo nos cierra pronto y debemos, al menos, recorrer algo de piso superior, que está dedicado al mundo clásico y al Islam antiguo.

DSC00662Hay cosas interesantes de época romana. Guardo el recuerdo de una imponente águila de piedra e interesantes mosaicos. pero lo vimos a la carrera. Eso sí, nos quedamos con la sensación de que el área dedicada al Islam estaba en mejores condiciones que el resto, es decir, había una inversión económica detrás.

DSC00665Pasear por las salas del islam (también, porqué no reconocerlo, por las de la época clásica) te hace sentir como cuando recorres un museo actual, moderno. Desde luego, el Museo de Aleppo dista mucho del de Damasco, es bastante mejor y, al menos en lo que respecta al piso superior, es mucho más accesible para cualquier visitante con un mínimo interés.

P1220968 Nos esperaba, por último, el patio principal, donde se ha reconstruido un inmenso mosaico romano y una tumba colectiva, además de sendas y gigantescas estelas del Dios hitita Hadad.

La verdad es que el Museo Arqueológico de Aleppo nos deja un sabor de boca excelente, no sólopor la tranquilidad al recorrerlo, la calidad de sus obras, la información proporcionada, sino por la sensación de haber asistido al paso reiterado por un imaginario escenario de un buen número de civilizaciones diferentes, todas ellas aprovechando la privilegiada situación geoestratégica de Siria, entre Mesopotamia, Egipto, Anatolia y el Mar Egeo. Un ir y venir de pueblos que recogieron y transmitieron influencias culturales, artísticas y sociales de las que dejaron huella en los museos arqueológicos sirios (y en los occidentales que pillaron cacho antes, claro).

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