19 de octubre de 2010

El Éufrates

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De acuerdo en que se trataba de la gran presa del Lago Al-Assad, pero al fin y al cabo se trata de las aguas embalsadas del río Éufrates y nadie me podrá negar la ilusión que hace poder bañarse en uno de los ríos en los que se inició la civilización occidental.

El Tigris y el Éufrates son nombres casi míticos para muchos como yo. Representan un verdadero antes y después de lo que somos y por eso, cuando decidimos recorrer muchos kilómetros de desierto para poder ver las azulísimas aguas del río Éufrates, nos sobrecogió una emoción sincera.

El camino fue largo pero apasionante. Los poblados de color pardo terroso se sucedían e intercalaban entre manchas de desierto con una cobertura vegetal muy baja. En los pueblos por los que pasamos, numerosos niños saludaban al paso de nuestro bus; pero no sólo niños, también personas mayores, mujeres e incluso algunos hombres.

Casi todos los pueblos mostraban alguna obra en proceso, en algún otro estaban en pleno mercadillo de fruta. Es un placer recordar a los chavales saludando al paso de nuestro bus, pero quizá más lo es recordar a los dromedarios pastando tranquilamente en los yermos campos del desierto sirio.

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Toda una manada de dromedarios pastan en la lejanía, mientras esta pareja disfruta… ¿Cómo lo diría utilizando un manido lugar común?: esta pareja disfruta de un merecido descanso bajo el sol abrasador del desierto. A su lado, otro compadre pasta tranquilo mientras la manada ve pasar el tiempo tan tranquilamente como nosotros les vemos a ellos.

P1220587 Es una parada deliciosa, como lo es también la del Éufrates. Uno de los objetivos es comer frente al Lago Al-Assad y además del consabido pollo (esta vez sin arroz) tenemos la oportunidad de probar la tilapia del Éufrates. Bueno, creo que es Tilapia, al menos coincide el tamaño y aspecto, pero no me extrañaría que nos hubieran servido carpas de gran tamaño… (pero hubieran tenido muchas más raspas, supongo).

P1220582El caso es que la experiencia merece la pena. Estamos en el típico chiringuito de playa solo que ubicado en medio de ninguna parte para nosotros, en la costa del Lago Al-Assad para los sirios. Quienes nos sirven son chavales, aquí son los niños los que cargan con la mayor parte del trabajo mientras los mayores les indican qué hacer.

Éste chavalillo nos sirve las tilapias mientras disfrutamos de un menú encantador de hortalizas y verduras de la zona, mientras miramos embelesados el profundo azul de las aguas embalsadas del Éufrates en este Lago. Lago que, precisamente, fue construido en 1973 para evitar problemas de abastecimiento de agua a Siria y del que se utiliza una parte importante para la agricultura.

P1220574 Y mientras tanto disfrutamos plácidamente de la vista del lago. Hay árboles de reforestación creciendo en las orillas del lago, mayoritariamente pinos. Las orillas son de arena mezclada con piedra, el fondo del lago es también de guijarros.P1220645 casi totalmente cubiertos de algas. No parece existir demasiada vida animal en sus orillas más allá de algunas gaviotas y charranes sobrevolando el cielo.

Decidimos coger una barca de la zona para que nos de una pequeña vuelta por el embalse, por las aguas del Éufrates. La lleva un patrón un poco especial, un sirio de libro acompañado de su hijo, como no podía ser de otra forma.

Intenta hablar con nosotros a lo largo del trayecto. Ya nos hemos encontrado antes en esta misma situación pero en países diferentes (Irlanda, Egipto, Turquía…). Lamentablemente no podemos entenderle, ni siquiera con gestos. Pero hacen su trabajo bien, nos guían por el Lago Al-Assad dándonos la oportunidad de oro de observar más de cerca lo que éste encierra.

Desde el punto de vista vegetal, cubren sus orillas espadañas y carrizos mientras crecen en las cercanías pinos y eucaliptos. Parece que el hombre nunca aprende de los errores que comete.

P1220612 Numerosas gaviotas se avistan desde el barco. También algún ave de mayor tamaño que no puedo identificar, lo mismo que con los láridos, me siento incapaz de identificarlos.

Aún así disfrutamos al verlas sumergiéndose en busca de alimento, nadando en la superficie del lago, posadas en sus orillas. En esas mismas orillas que las familias de sirios ocupan y en las que se bañan, desde las acampadas que hacen libremente, desde los coches que llegan a sus límites.

P1220627 Los niños ríen, se bañan los adultos… pero totalmente vestidos, eso sí.

Son esas cosas las que diferencian realmente a nuestras sociedades, no la forma de disfrutar de una tarde de baño sino vetustas costumbres que denigran a las mujeres y conducen el seguimiento de una religión a un reduccionismo tan absurdo que termina siendo terrible. Más allá de estas consideraciones, continuamos nuestro recorrido por el Lago Al-Assad, mantenido y cerrado por la Presa de Tabqa, una de las infraestructuras hidráulicas más impresionantes de Siria.

P1220601Tenemos la oportunidad de tomar un baño, nos sorprende lo limpias y azules que son sus aguas, lo fresco que resulta bañarse en el río Éufrates. La ilusión la comparten muchos compañeros de viaje y muchas gentes del lugar. Paseamos por sus orillas, persigo alguna libélula mientras se esconde entre los carrrizales.

P1220658Las adelfas ocupan gran parte de la cubierta vegetal de las orillas. Algunos pececillos recorren la superficie del agua.

Me acerco ilusionado a un gran árbol para ver si es alguna especie local, ¿quizá uno de las pocas especies de Quercus de la zona?. Un eucalipto enorme termina con mis ilusiones pero esta desazón no empaña la sensación de satisfacción de ver el Éufrates y confiar en su lenta y progresiva recuperación para con la cubierta original, aunque no sé si la dejarán.

Nos despide la inmensa y asombrosa figura del Castillo cruzado de Quelaa Jaber, construido en la época de Saladino sobre un antiguo castro seleúcida, con una imagen asombrosamente evocadora y en el que se ubicará en el futuro un museo. El padre de Nur-ed-Din murió frente a sus puertas, la historia, como en tantos sitios en Siria, se escribió en estas paredes que ahora rodean las aguas del Éufrates.

P1220599El Éufrates lleva muchos siglos dando vida, de una forma u otra, a esta zona de Oriente Medio. Y, a pesar del pantano, los eucaliptos, el pedregal de sus fondos y las gentes lavando los platos de comida en sus orillas, el Éufrates que recuerdo es un río gigantesco que, de repente, se ve interrumpido por una presa mayor que él, que cercena su espíritu natural, histórico y cultural.

Pero ese espíritu permanece en algunas partes del río, en sus gentes, en sus azules aguas, en nuestro recuerdo.