15 de diciembre de 2007

El proyecto Sen-en-mut

Hemos pasado unos días maravillosos en Egipto. El Dios Horus, aquí al lado presente, ha sido testigo de nuestras visitas a los espectaculares templos de Abu Simbel, a las impresionantes pirámides de Guiza y Saqqara, al caótico Cairo, a los maravillosos templos de Karnak, Luxor, Edfú o Kom Ombo, al sorprendente Valle de los Reyes, a las pobladas riberas del Río Nilo o a la mismísima Presa de Assuán.


Sin embargo, el momento más esperado, y que definió desde el principio la motivación y dirección del viaje fue la visita a la excavación que el equipo español del Instituto de Estudios Egipcios está realizando en el segundo hipogeo de Sen-en-mut, el arquitecto de la Reina Hatshepsut, muy cerca de Deir el Bahari, el Templo de la Reina Faráon.

El Templo de la Reina Hatshepsut está en Luxor, en la orilla oeste del río Nilo, muy cerca del Valle de los Reyes y de los Colosos de Memnón (las colosales estatuas de Amenhotep III que abrían el paso a su Templo de millones de años). Es un templo enorme, enmarcado en la aridez del conjunto, si bien en su momento tuvo que estar decorado con abundante vegetación ornamental.

Se suele decir que es uno de los templos más importantes de todo Egipto y de los construidos en Deir el Bahari, el que permanece en mejores condiciones. Fue construido por la reina Hatshepsut en forma de terrazas, de grandes dimensiones, con columnas que se confunden con la ladera de la montaña, situada tras el templo.

Algunas de éstas columnas son hathoricas, es decir, las cabezas de la Diosa Hathor, diosa del amor representada habitualmente con cuernos (o directamente como una vaca) se sitúan como capiteles de las mismas. El Templo cuenta con numerosas efigies de la reina faraón así como algunos frescos que conservan aceptablemente la policromía original.









Lamentablemente tuvimos muy poco tiempo para ver el Templo de Hatshepsut. Sí que logramos ver la pequeña capilla que Thutmosis III se hizo construir justo al lado, evidencia de que la supuesta Damnatio memoriae que éste hizo sobre la reina faraón no fue tal y que más que posiblemente se debiera a Ramsés II. Entre la decoración pictórica del templo destacan algunas escenas de la presentación de la reina a los Dioses, así como imágenes de los mismos, de Osiris, Anubis, Hathor o Nejbet.

Muy cerca del Templo de Deir el Bahari se encuentra el hipogeo de Sen-en-mut en el que está trabajando la misión española. Se trata de la Tumba TT 353 si bien no se planteó en ningún momento con la finalidad de albergar su cuerpo para la eternidad.

De hecho, Sen-en-mut tiene otra tumba en el Valle de los Nobles, la TT 71. En ella se encontrarón los cuerpos de familiares de Sen-en-mut, si bien nunca se halló la momia de éste. La TT 353 debe verse más como una capilla de culto, también diseñada por el arquitecto, para la realización de ofrendas funerarias o alguna otra práctica por el estilo.

Pero, ¿quién fue Sen-en-mut? Fue una de las personas con más poder en la época de la Reina Hatshepsut (1473-1458 a. de C.), de la Dinastía XVIII. Se trata del arquitecto jefe del faraón y la persona detrás del fenomenal Templo de Deir El Bahari y, como tal, gozaba de prerrogativas enormes, entre las que se contaba la situación, tan cercana, de la Tumba TT 353 al Templo de la Reina.

De orígenes humildes, Sen-en-Mut ascendió rápidamente en la escala social gracias a su inteligencia, llegando a ser sacerdote del dios Amón y aprendiendo los secretos de la geometría, la astronomía y la teología en los Templos Tebanos, como el de Karnak. Su ascenso, posiblemente en la época del hermano y esposo de Hatshepsut, Thutmosis II, le llevó a ser nombrado "Administrador de los bienes de la Gran Esposa Real Hatshepsut" y "Administrador de los bienes de la Hija Real Neferu-Ra".

Sen-en-mut se había convertido en guardián de la reina y de su hija Neferu-Ra. Su situación era tal que, cuando accedió finalmente al trono la reina faraona, ésta le utilizó como uno de sus grandes apoyos llegando a convertirse, según la leyenda, en amantes.

La historia a partir de ahí es dispar. Sen-en-mut logró hacerse con un buen número de cargos, pero la muerte repentina de la hija de la reina (Neferu-Ra), de la cual era protector, marcó el inicio de su caída y una desaparición paulatina de los ámbitos de poder.

En cualquier caso, su herencia es enorme, aunque sólo sea por el Templo de Deir el Bahari. Hay que pensar en las muchas obras que nos ha legado el pasado procedentes de la época de Hatshepsut, incluyendo algunos obeliscos realmente impresionantes (uno de los de Karnak o el mismísmimo obelisco inacabado de Asuán).

Y, por supuesto, sus tumbas. En el caso de la TT 353, el equipo español del Instituto de Estudios Egipcios nos contó in situ (lo que representó un placer emocionante) las características fundamentales del yacimiento.

La entrada del hipogeo conduce a 97 metros de escaleras descendentes con iluminación reducida. En el camino, aparece una representación del arquitecto real (en la foto superior), de tamaño pequeño.

Las escaleras conducen a una pequeña sala, la única visitable, en la que Teresa Bedman, la codirectora del proyecto nos contó como iba ésta, su última campaña en la TT 353. El Instituto ha realizado labores de limpieza y acondicionamiento de la tumba, así como un complejo estudio fotogravimétrico de todos y cada uno de los símbolos que aparecen grabados en las paredes de la sala. Las escaleras continúan hacia abajo, donde se ubica otra sala más pequeña y, parece, inacabada.

En la sala visitable destaca el extraordinario 'Techo astronómico' que el arquitecto jefe se hizo dibujar en el paramento superior. Este calendario lunar y astronómico se considera único en todo el mundo y el más antiguo que se conoce en toda la historia de la humanidad.

Teresa nos esbozó el contenido de estas imágenes asñi como parte de la traducción de los jeroglíficos que, escritos en varias direcciones, cubren las paredes de la Sala. En algunos de ellos se deja entrever la intimidad con la que Sen-en-mut parece tener con la reina faraón, asumiendo una posición jerárquicamente sorprendente e incluyendo menciones a la propia reina entre las de su tumba.

Curioso es el observar alguna inscripción jeroglífica posterior en la que el hermano de Sen-en-mut trata de paliar algunos de estos privilegios pensando posiblemente en la opinión de los dioses de la otra vida cuando su hermano se llegara allí.

A la salida, nos está esperando Francisco Martín Valentín, Director del Instituto y codirector del yacimiento. Entre Teresa Bedman y él nos muestran algunas de las piezas que han hallado en los últimos días.

Teresa está especialmente ilusionada con una cuña de madera utilizada para el planchado del pelo en aquella época. Francisco nos enseña una tablilla en la que los escribas hacían sus prácticas de iniciación. Además, observamos maravillados un ladrillo con el cartucho de Amen-Hotep I y otras piezas de gran interés, como el resto de un brazo momificado.

Después nos dirijimos todos a Deir El Bahari donde contamos con una guía de lujo, la propia Teresa Bedman, que se despide indicándonos el lugar justo de la capilla de Hathor en el Templo de Hatshepsut donde conecta la línea imaginaria que surge de la Tumba TT 353. Justo en medio de una pareja de ojos de Horus situados en una posición que hasta ahora nadie había entendido.

La reina y su arquitecto estarían unidos también después de la muerte.