25 de septiembre de 2007

Las pinturas rupestres de Peña Escrita

Debió ser un momento de perplejidad y asombro. Es 1783 y el cura párroco de Montoro, cerca de donde estamos, en Fuencaliente (Ciudad Real), descubre las primeras pinturas rupestres conocidas a nivel mundial. En medio de La Mancha nada menos, en lo alto de Sierra Madrona, muy cerca del Valle de Alcudia, en un lugar llamado Peña Escrita.

Y la sorpresa debió ser de aúpa. Extrañas figuras antropomorfas, algunos raros animales y formas que no se asemejaban a nada conocido.

Si he de ser sincero, desde la primera vez que las vi, niño aun, me han parecido un excepcional conjunto de representación de seres casi extraterrestres junto con formas muy parecidas a mantis religiosas (deformación profesional, debe ser). Así que entiendo bien a aquel cura del XVIII descubridor de las pinturas. Afortunadamente, hoy existen unos paneles explicativos que lo explican mucho mejor.

Existen en la zona numerosas muestras de arte rupestre, pero las de Peña Escrita son las mejor conservadas, tanto los pigmentos como las propias formas. Es cierto que algunos enfermos mentales han realizado pintadas en la roca principal, pero la disposición de una reja termina por ser efectiva y las pinturas se mantienen perfectamente.

El paisaje que se ve desde la peña es precioso en cualquier época. Encinares adehesados se mezclan con formaciones arbóreas y cultivos antropicos como olivares y pinares resineros. Algunos melojares se atisban en las zonas de mayor umbría. En la subida a las pinturas, en ladera de solana, habitan algunos madroños de porte casi arbóreo junto con algunos mirtos y brezos, en una curiosa unión de elementos vegetales típicamente termofilos y algunos taxones de climas menos mediterráneos. Lo sorprendente es que solo un 4% de estos bosques son autóctonos, un resultado muy pobre, si.

En Peña Escrita se localizan 104 figuras repartidas en 8 paneles. Predominan las figuras humanas, solas o en pareja, además de algunas formas animales, soles y elementos menos distinguibles.

Hay figuras humanas masculinas y femeninas. Entre las primeras, algunas con falos muy evidentes. Entre las segundas, hay algunas figuras femeninas de parto que resultan ser las mas llamativas.

Uno de los paneles mas impresionantes es el llamado "Pared de las paridoras" en el que aparecen numerosas figuras femeninas agachadas, en posición de dar a luz. También hay figuras de hombres y mujeres aislados, símbolos solares y elementos ramiformes.

En total, 27 figuras que, apretadas, representan una espectacular muestra de arte probablemente de la edad de bronce.

Aparecen también figuras tectiformes, de difícil interpretación. En algún caso, cuando las líneas verticales van hacia abajo se pueden interpretar como humildes peines. En otros casos las lineas verticales se dirigen hacia arriba, interpretandose como animales muertos en una escena mas amplia.

Estas paredes pintadas pudieron servir como espacios en los que realizar rituales religiosos, funerarios o de fertilidad. Los simbolos solares, las mujeres de parto o las formas posiblemente parecidas a espigas refrendan esta teoría.

Las pinturas de Peña Escrita no son las unicas de la zona. Existe una ruta por esta parte de Ciudad Real en la que se visitan numerosos yacimientos de arte rupestre similares pero en peor estado de conservación. Uno de ellos es de "La Batanera", en el espacio llamado de las lastras, cerca de Peña Escrita, a 780 metros de altura y enmarcada en un paisaje encantador con una cascada del rio Cerceda como elemento protagonista.

Este yacimiento esta rodeado por un bosque ripario de alisos, algo inhabitual en La Mancha. Las figuras se encuentran dispersas en tres conjuntos alejados entre si.

Dos figuras antropomorfas femeninas con el sexo muy marcado llaman inmediatamente la atención. Son las mejor conservadas. El resto, apenas visibles, se pueden identificar gracias a los paneles. Destaca sobre todo una representacion posiblemente solar de cuatro circulos concentricos que forman parte de una escena con figuras antropomorfas.

Estas pinturas esquematicas, habituales del periodo calcolitico de transición hacia la edad del bronce, son una de las maifestaciones mas hermosas de arte prehistórico de la peninsula, siendo declaradas Monumento Nacional protegido en 1924, tal y como recuerda un curioso aviso en el yacimiento de "Las Bataneras".